martes, 29 de marzo de 2011

¿Qué quiso decir Kant cuando afirmó: “la complacencia que determina los juicios del gustos ajeno a todo interés. Llamamos interés a la complacencia que lleva aparejada para nosotros la representación de la existencia de un objeto”?

El escritor manifiesta que el gusto como actitud personal no se orienta  por ningún tipo de interés diferente al placer que se percibe al escuchar algunas melodías, al observar ciertos objetos, al concebir a través de los sentidos ciertas sensaciones y emociones. El interés producido por el servicio o por la utilidad que los objetos ofrecen. Y éste  contrasta con el gusto, que independientemente de la utilidad, suscita placer, sensación de satisfacción, goce, deleite, entre otros.
Para llenar los vacíos, se requiere el interés de obtener satisfacciones bien sea de tipo económico, personal, social, intelectual entre  otros  produzca una saciedad o un descanso o a lo mejor genera mayor interés en seguir obteniendo satisfacciones lo cual puede llevar al individuo a estados de frustración o fracaso
 Así, si bien, el interés puede traer satisfacciones, éstas sólo nacen en una necesidad orientada a llenar vacíos de cualquier tipo: intelectual, económico, de reconocimiento social, etc. Que una vez satisfechas producen un desencanto, quizás, mayor al interés que las origino. Incluso puede llevar al individual a un estado de frustración, en discrepancia al placer y la alegría surgida de ese desinterés frente a los objetos, y frente a una determinada realidad.

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